domingo, septiembre 23, 2007

Divagaciones

Como apóstol caminero, y adorador del santísimo hormigón, vuelvo al sendero de la Caminología con mis más profundos pensamientos. Oh Señor Pocopoderoso, oh Señor que todo lo ve pero nada oye, vuelvo a ti como la oveja descarriada que vuelve al rebaño.

Desde mi exilio caminero he podido profundizar en tus NO escrituras, y en aquellas palabras que NO pronunciaste, y me surgieron mis dudas y temores que todo mortal tiene en algún momento de su insignificante vida.

Así pues y basandome en Tus enseñanzas, le pregunte al apóstol Señor M: ¿Qué sería de mi vida sin mi? Es una pregunta que entraña mucha dificultad, y que tardaré en dilucidar y responder el resto de mi mortal vida.


La Caminología sigue viva, yo estoy vivo, y eso es prueba suficiente.

jueves, septiembre 13, 2007

Encaminado

Oh, el camino nos absorbe! El camino nos atrapa! Digamos Yeah! Digamos Oh, yeah! Pues ya no es posible escapar, hemos sido bendecidos por la terrible caminología y formamos parte de su materia prima, estamos hormigonados, somos un atomo de la creación, una parte de cemento por cada una de agua y, oh yeah, asi ha de ser hasta el final. Pocos son los que resisten, los que se adhieren al sendero y resisten la presión en el bunker. Estamos condenados. He dicho.